El Centro de Participación Activa de Montoro se inauguró en 1981 como Hogar del Pensionista, nombre que sigue siendo usado por los locales. Según varios de sus usuarios, antes de construirse este edificio no había nada en el solar y la construcción del edificio tampoco guarda relación con el colegio próximo. Según José Ortiz García "el instituto estaba ahí, y esto [Centro de Participación Activa] era un centro independiente totalmente del instituto".

Varios usuarios, entre ellos, Gabriel Camino -que participa de manera activa en el centro- señalan la importancia de este centro para promover la vida activa de las personas mayores. Antonio Cantos, director del centro, también afirma que este lugar busca promover el envejecimiento activo y el bienestar de las personas mayores. Comenta que el decreto del 72/2012 tuvo impacto en el enfoque de los centros de Participación Activa, pues la normativa habla de envejecimiento activo y saludable y reconoce el bienestar en sus distintas dimensiones: físico, psicológico y emocional.

El centro atiende diversas necesidades sociales y culturales de las personas mayores. Gabriel Camino señala, por ejemplo, que en la planta de abajo hay una entrada, con un recibidor y un despacho, y en la parte principal, una sala para actividades, como cursos o charlas. En la estancia mayor hay una cafetería, donde pasan la mayor parte del tiempo, charlando, o jugando al dominó, etc. También se hacen eventos como conciertos o bailes. En la planta de arriba hay varias salas también para actividades e incluso hay una peluquería.

Antonio Cantos señala, por su parte, que recientemente se ha instalado música ambiente en el centro porque promueve la sensación de bienestar. Según comenta, fue una decisión pensada para crear un ambiente cercano y agradable.

Según la experiencia de Juan, que participa activamente en el centro, se podría crear un espacio sencillo para consultas por ordenador que incentive el uso de las nuevas tecnologías entre los usuarios de tercera edad. No se refiere a talleres necesariamente ni a la creación de una sala diferenciada, sino a la posibilidad de poder navegar en internet en un rincón de la cafetería como sala de estar. Propone para ello que esta actividad se realice con algún apoyo, como pueden ser incluso los propios usuarios.