Visita a varios edificios de Zafra con Manuel Fortea Luna
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Manuel Fortea Luna, natural de Zafra, es arquitecto y profesor en la Universidad de Extremadura. Es reconocido en el medio académico como uno de los mayores expertos en bóvedas y bóvedas tabicadas de ladrillo. En la práctica profesional, se define como “arquitecto de cabecera. En un medio como Zafra hay que hacer de todo”. Es el autor de los proyectos de rehabilitación del Centro de Salud de Zafra, el Pabellón Ferial, o el Centro de Educación Especial Antonio Tomillo, entre otros.
Ferial de Zafra
Manuel Fortea Luna considera que la obra pública más importante de Zafra es el Recinto Ferial. Es notable que una ciudad de la dimensión de Zafra dedique 25 hectáreas de terreno urbanizable a su Feria, lo que enfatiza la importancia del certamen para la economía local. El recinto solo se usa integralmente una vez al año, pero al contrario de otros recintos feriales como el de Sevilla, tiene pabellones fijos con uso continuo (por ejemplo, el Pabellón Institucional se usa para actividades deportivas como hockey sobre patines). Los primeros pabellones fijos o naves son de los años 60 y 70, y se usan para las exhibiciones de ganado. En 1992, se valla la parcela del recinto. Los pabellones centrales, construidos en 1992 con proyecto de Manuel Fortea son de los que tienen varios usos todo el año, especialmente el auditorio. Se destaca por la estructura abovedada en hormigón armado dividida en nueve tramos por dos conjuntos de dos arcos paralelos, perpendiculares entre sí. Los pabellones se proyectan en 1990, ya con fecha de inauguración prevista para 1992, aunque el inicio de obras se retrasó a 1991. En el primer concurso de proyectos, la propuesta de Manuel y su socio queda en segundo lugar, con el primer puesto desierto, porque el jurado no creía que fuera posible construir la estructura propuesta. Los arquitectos garantizan la ejecución y ganan el concurso. Tras la adjudicación, el contratista vuelve a cuestionar la factibilidad de la cubierta. El sistema abovedado, inspirado en la estabilidad estructural de las bóvedas extremeñas, consiste en cuatro grandes vigas (muros/arcos) de hormigón cruzados dos a dos, sobre las cuales asienta una cúpula (corte de esfera) central, cuatro paneles hiperbólicos y cuatro partes cónicas, realizadas con encofrado modular, Durante la obra, el arquitecto participó en el proceso de montaje del encofrado, con mediciones in situ para la colocación de las cajas de encofrado. El pabellón tiene, en planta, las proporciones del Castillo de Zafra. En su implantación en el terreno, se buscó la continuidad espacial con los edificios y plaza de la barriada del Príncipe, al otro lado de la carretera N-432. Caso en el futuro el tráfico intenso se desplace más allá del perímetro actual y la carretera se convierta en una avenida posible de atravesar, la plaza de la barriada y la plaza triangular delante de los pabellones funcionarán como continuo espacial.
Construcciones Escolares
En su experiencia, el desafío era adaptar el modelo que venía de Madrid al entorno local. Más que ajustar las fundaciones, el desafío era darle unidad e idea de conjunto a los varios módulos que proponía el proyecto-tipo. Es lo que procura en el Centro de Educación Especial. Se proyecta a inicio de los años 80, antes de la implantación del estado autonómico. El proceso se centralizaba en Madrid, y los arquitectos colaboraban directamente con la administración central, Junta de Construcciones Escolares.
Hasta los años 80, los colegios de Educación Especial son tipológicamente próximos a los sanatorios, con gradas y otras barreras a la movilidad libre y estética de “azulejo blanco”. En los 80’s, los servicios centrales quieren librarse de esa imagen y pretenden desarrollar centros en los que los usuarios no se sientan presos.
El CEE Antonio Tomillo tiene parte de docencia y parte de internado. Pensando en los alumnos residentes, Manuel proyecta el edificio con tres módulos (residencia - administración - escuela) conectados por un porche exterior, con la residencia junto a la entrada principal. El objetivo era que los alumnos internos tuvieran que desplazarse hacia la escuela por el mismo trayecto de los alumnos externos, y así llegar al aula en igualdad de circunstancias, “con el abrigo puesto”, y evitar la sensación de habitar en la escuela. La obra del centro fue complicada, ya que la primera empresa contratista quebró. Posteriormente, se cerró el porche y el patio cubierto, anulando la idea original de la dualidad de espacios y separación de zona de hogar y zona de escuela. “Los funcionarios tienden a valorar su comodidad sobre la de los usuarios”. Durante sus años de colaboración con la Junta de Construcciones Escolares, Manuel recibió el consejo de, al proyectar un edificio, “no hablar con el director. ¿Pero tendré que visitar la escuela, no? Si, pero no hables con el director. Te va a pedir un despacho más grande”.
Por lo general, indica que en los años 80 los funcionarios tenían más competencia en obra y más envolvimiento en la construcción de los edificios. Como posteriormente se tenían que encargar de la manutención de los edificios construidos, ponían mucha atención en la correcta ejecución de las obras. Actualmente, los funcionarios se ocupan de la burocracia y se nota poca colaboración con los técnicos. La colaboración entre los funcionarios y los técnicos era una ventaja de los años 80, que fue un período de mucha obra y mucha experimentación.
Centro de Salud
“Un edificio de muy buena construcción, uno de los mejores de Zafra”
Realiza la obra de acondicionamiento, cambio de ventanas, creación de acceso al sótano para mejor aprovechamiento de ese espacio y adecuación interna.
Lo más difícil de la obra de acondicionamiento fue la manutención de la escalera interior original, sobre todo de la barandilla. En la escalera se nota un cuidado extraordinario en la selección y aplicación de los materiales y en el diseño del mármol blanco y negro, y piezas curvas en los rodapiés. En la obra de acondicionamiento, ha usado acabados interiores de acuerdo con los materiales ya existentes, como rodapiés negros y pavimiento blanco, en consonancia con los colores de la escalera. Se ha colocado pastilla colorida en el acabado de los pilares.
Pabellón Deportivo
Inicio de los años 80. Construcción con bloques de hormigón blanco. El dimensionamiento se hizo pensando en los bloques y la estructura después no encajaba. Se tuvo que solucionar en obra. Ni todas las obras salen bien.
Hospital Nuevo
Se construye como Hospital por una empresa privada. Como todos los hospitales eran de la administración no había reglamentación sobre lo que debería tener un hospital, más allá del propio reglamento de la administración. Así, el Hospital de Zafra se construye como un Hospital de servicios baratos: médico de cabecera, maternidad y paritorios... servicios sin instalaciones caras. El estado compra el Hospital y Manuel es encargado de adaptarlo a los servicios necesarios “a posteriori”. Le indican a Manuel que era un “Hospital de Protección Oficial”, una designación que le parece extraña. “Desconocía que existieran hospitales de protección oficial”. La adaptación fue difícil, sobre todo la integración de servicios complejos como el de diálisis que ha requerido introducción de nuevos sistemas de desagüe.
Para citar este trabalho:
Ana Costa Rosado para Arquitectura Aqui (2025) Visita a varios edificios de Zafra con Manuel Fortea Luna. Acedido em 06/09/2025, em https://arquitecturaaqui.eu/pt/documentacao/notas-de-observacao-ou-conversacao/65240/visita-a-varios-edificios-de-zafra-con-manuel-fortea-luna