El edificio se localiza junto a la Avenida de Cervantes, una de las principales arterias de comunicación de la ciudad, en el sudeste. Esa zona era de ensanche reciente en la década de1980, con bloques de viviendas en el entorno. La escuela está próxima de la Barriada Llopis Ivorra y de la Barriada del Espíritu Santo

Se trata de un conjunto marcado por la horizontalidad y líneas rectas, con vanos ritmados en el edificio central, cuya entrada se destaca por un porche con pilastras antecedido por escaleras y un volumen acristalado en el centro para luminosidad en el vestíbulo. El edificio central es formado por dos pabellones, respectivamente de dos y tres plantas, unidos por porches en sus dos extremos; en el centro conforman los dos patios centrales, que funcionan como claustros para circulación. Eses pabellones se destinaban al programa A (secretaria y archivo, despachos, conserjería, cafetería, gabinete médico, aseos, biblioteca, etc.) y los talleres de los grupos 2.º (rama de delineación) y 4.º (rama sanitaria) - las aulas y laboratorios se distribuyan por varias plantas de los dos pabellones; también había un gimnasio y una aula de usos múltiples que integraba una capilla-oratorio, en un cuerpo destacado del pabellón trasero. Hay dos cuerpos laterales, paralelos al principal, que se destinaban a los talleres del grupo 3.º (ramas de metal, de automoción y de electricidad). En las traseras hay dos pistas deportivas. Las fachadas del edificio están cubiertas de ladrillo, y hay un muro de cerramiento en ese material.

Según la memoria firmada por el arquitecto en 1982: “La idea rectora de la composición es la clásica de basa-fuste-capitel”. “Volumétricamente, se concibe el edificio como un ‘compacto’ con volúmenes muy elementales en los que la modulación estructural se enfatiza hacia el exterior creando apilastrados que nacen en el zócalo y terminan en la cornisa, conformando el plano de esta” (p.9).