El edificio resulta de la combinación de volúmenes paralelepipédicos de diferentes alturas con un dinamismo plástico que no se suele encontrar en los edificios de esta tipología. El diseño de las ocho plantas se basa en una cuadrícula ortogonal de 6,40 metros. El acceso principal se hace a través de la zona cubierta por el salón de actos mientras la entrada a la Emisora era independiente, por la C/ del Olivo. El edificio original tenía revestimiento de plaqueta cerámica de color acastañado y cubiertas de pizarra de dos aguas sobre los varios volúmenes. Una reforma de inicios del siglo XXI cambió la fachada con un revestimiento metálico blanco y eliminó los tejados, en contradicción con la premisa expresada por Jesús García del Castillo en la memoria del proyecto “se ha procurado cuidar el mismo tanto en la composición de volúmenes, como en la elección y calidades de sus materiales externos (...)”.