Originalmente construido como Convento de Adoratrices, uso que mantuvo hasta 1993. Su labor estaba vinculada al Patronato de Protección a la Mujer, organismo de represión dictatorial dependiente del Ministerio de Justicia. El anteproyecto de reconstrucción del Hospicio aparece en la Memoria de Actividades de la Diputación Provincial de Ciudad Real de 1946, firmado por Arturo Roldán.  Según el Boletín del Patronato de Protección a la Mujer de Abril-Mayo de 1977, las jóvenes ingresadas eran en su mayoría andaluzas, “unas traen problemas serios personales, otras familiares o ambientales, las hay que necesita profunda reforma, otras sólo preservación. Proceden en su mayoría de familias de bajo nivel económico (...)”.

La Tribuna de Ciudad Real, Rafael Cantero, "Reformatorio de mujeres" (2023.12.29):

"La comunidad de religiosas Adoratrices, llegaron a Ciudad Real en 1940, una vez acabada la Guerra Civil. El primer convento que tuvieron estuvo ubicado en una amplia casa de la calle Conde de la Cañada. Las instalaciones y dependencias de este primer convento eran insuficientes para dar respuesta y atender la demanda de internamiento de mujeres, por lo que muchas de ellas tenían que ser internadas en reformatorios de otras localidades. Ante esta situación, el Patronato de Protección de la Mujer tomó el acuerdo de construir una amplia residencia para el acogimiento e internamiento de mujeres para su reeducación.

El nuevo edificio fue construido en la ronda del Parque (carretera de Puertollano). Las obras del edificio finalizaron en diciembre de 1949. Se trataba de una ambiciosa residencia con capacidad para 300 personas, que constaba de varios pabellones, de tres alturas, destinados a dormitorios, aulas, salas de ocio, cocina, comedor, etc., estos pabellones se articulaban en torno a un patio. Estas edificaciones se encontraban rodeadas de un amplio espacio de recreo con espacios verdes e instalaciones deportivas. El edificio fue inaugurado en los primeros días del año 1950, siendo uno de los reformatorios femeninos más grandes de su época. El centro de reeducación de mujeres admitía a jóvenes desde los 16 a 21 años de edad y estaban internadas hasta que su comportamiento indicaba su rehabilitación a la sociedad.

Además de reformatorio el complejo residencial también cumplía la función de convento de la comunidad religiosa de las madres Adoratrices, por eso se construyó anexo a la residencia un edificio destinado a capilla donde destacaba una torre campanario de 40 metros de altura.

Cuando en 1985 fue disuelto el Patronato de la Mujer, la Congregación de Religiosas Adoratrices tuvieron que abandonar el edificio, que fue cedido a la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha. Según vecinos de Ciudad Real, con los que hemos mantenido conversaciones, en este centro eran alojadas mujeres que vivían diversas situaciones de vulnerabilidad social. Alicia, por ejemplo, recuerda a una mujer que, tras ser maltratada por su marido, no tuvo otra opción que acudir a este centro buscando cobijo. Sin embargo, es difícil conocer más detalles sobre la experiencia cotidiana de estas mujeres. De las conversaciones realizadas se sabe que durante la etapa de convento y reformatorio, la capilla se utilizaba para ceremonias religiosas como misas, bodas y bautizos, y estaba abierta a la comunidad. Posteriormente a las Adoratrices, fue un almacén de educación. Y actualmente es un Centro de Atención a Personas con Discapacidad Intelectual, llamado Complejo Residencial Guadiana I." En la actualidad el edificio se encuentra en reformas.