Conversación con Carlos, La Encarnada, Montoro
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Conversación con Carlos con las investigadoras Ivonne Herrera Pineda y Ana Costa Rosado. Agradecemos su generosidad en atendernos y compartir sus experiencias sobre la escuela de La Encarnada.
Carlos nos cuenta que su padre compró esta escuela en el año 1982 aproximadamente. Ahora es propiedad de él y de sus hermanos y la usan como casa de campo, para ir los fines de semana y hacer fiestas con los niños, de cumpleaños, reuniones familiares, etc.
Su familia y él vivían en la casa del maestro. Esta casa, al entrar, tenía salita, chimenea, cocina y dos habitaciones. La otra casa, que era donde en su día se daban las clases -la escuela- la usaban como un salón grande de juegos. En este salón tenían billares y futbolín, y recuerda que allí fue muy feliz.
Sus padres trabajaron en este lugar porque convirtieron el aula de la escuela en “ventorrillo” (bar o tienda de venta de múltiples productos alimentarios, “venta de todo”).
Carlos nos transmite el aprecio y cariño que tiene por esta casa, donde creció de pequeño junto a sus hermanos. Guarda buenos recuerdos de su infancia en el campo y de momentos familiares en la casa. Sin embargo, también señala las dificultades que tiene conservarla como casa de campo, dado que supone múltiples costes para mantenerla, desde gastos comunes como agua o luz o gastos de mantenimiento.
Hace unos años su familia renovó la mitad del tejado. Según comenta, tuvieron que cambiar desperfectos en las tejas y canalones porque hubo algún caso de vandalismo, concretamente chicos tirando piedras al tejado, en momentos de juegos o de beber alcohol en un bar cercano. Su familia también construyó un almacén en la parte posterior. También han cambiado la escalera de la casa del maestro.
Carlos nos comparte datos sobre la antigua escuela: era una escuela mixta y tenían una sala común. Toda la fachada era de cristalera, como la que se conserva actualmente en la parte superior. El cristal era transparente y dejaba entrar bien la luz y se podía ver el campo. A la izquierda estaban las mesas de alumnado y a la derecha los servicios. Según recuerda Carlos, hubo alumnos en esta escuela hasta el año 1970 aproximadamente.
El aula funciona actualmente como salón. Siempre ha tenido chimenea, pero echaba mucho humo en la estancia.
Carlos también señala la belleza de los suelos de la casa del maestro, que mantienen la baldosa original. Este suelo es de baldosas hexagonales, formando mosaicos, con fondo de color rojo vino tinto, formas geométricas verdes y centro amarillo, “como flores, el centro amarillo y los pétalos verdes”.
La recogida e incorporación de este testimonio oral fueron elaboradas por Ivonne Herrera Pineda y Ana Costa Rosado, a partir de una conversación mantenida en marzo de 2024.
Para citar este trabajo:
Arquitectura Aqui (2024) Conversación con Carlos, La Encarnada, Montoro. Accedido en 31/10/2024, en https://arquitecturaaqui.eu/es/documentacion/notas-de-observacion-o-conversacion/47150/conversacion-con-carlos-la-encarnada-montoro