El colegio se integra en una zona urbanizada en el centro de la ciudad, próximo de una de las arterias principales (la Avenida Virgen de Guadalupe). Ya estaba urbanizada cuando fue construido.

El conjunto tiene dos pabellones de planta rectangular, de líneas simples y construidos en dos fases, practicamente paralelos y unidos en las fachadas oeste. Las fachadas se destacan por el ritmo de huecos con fajas horizontales y macizos con fajas de piedra, y detalles con "piezas tipo gresite en puntas de diamante invertidas" (Memoria, p. 3). Las cubiertas son en terraza.

El primer edificio a ser construido se destinava originalmente a clases y tiene cinco plantas. Cada una correspondia a un tipo de enseñanza: párvulos, formación profesional y bachilleratos. El otro edificio tiene seis plantas y se destinaba a residencia, con plantas de dormitorios, servicios, comedores y zonas de estar y estudio. Hay pistas deportivas a sur de los pabellones.