Conversación con Eva, profesional de la limpieza del IES San Fulgencio, con las investigadoras Ivonne Herrera Pineda y Ana Costa Rosado. Agradecemos sinceramente su amabilidad y haber procurado un tiempo para atendernos y hablar con nosotras. A continuación, se presentan algunas informaciones expresadas durante la conversación.

Eva es la trabajadora de la limpieza más antigua del IES San Fulgencio, lleva 35 años trabajando en el centro.

Este centro es un lugar muy especial para ella. “Para mí es como si fuera mi casa, me resguardo aquí”, “llego con ilusión cada día”. Valora mucho el ambiente bueno y acogedor que hay entre compañeras. Por otra parte, su relación con los niños es muy buena, y fuera del colegio se pueden saludar y hablar.

En relación al edificio, se realizó una obra importante en el año 1995 más o menos, en pleno invierno de 1994-1995, en que se cambiaron las ventanas de hierro por las de aluminio y se hizo obra en la instalación eléctrica.

Entre las transformaciones más destacables está la del salón de actos, que se convirtió en los departamentos actuales que funcionan hoy. El gimnasio también se remodeló. El gimnasio se amplió con parte del salón de actos que desapareció. Parte del gimnasio de niños es la sala de arte y volumen, donde se pinta, se hace escayola, barro, etc.

El edificio nuevo es de los años 2000. Durante un tiempo hubo un módulo prefabricado al que llamaban “el chalet”.

Le parece que el edificio antiguo ya ha quedado obsoleto, “tiene ya 60 años”. “Por mucha reforma que se haga, es como un maquillaje sobre un cuerpo viejo”.

El mayor problema del edificio antiguo no es el calor, sino la falta de espacio. La ratio por clase es alta porque no hay más espacio para más aulas. La formación profesional le parece que podría aglutinarse toda en un solo centro y el bachillerato en otro centro.

Habla de posibles reformas o mejoras que se podrían hacer. Según Eva, hace falta un gimnasio en condiciones. El actual tiene muchas barreras arquitectónicas, como columnas. Por otro lado, tiene techumbre para la lluvia, pero hay quejas sobre el techo. Además, no tienen duchas, porque en la ampliación se quitaron las duchas. Por otro lado, el personal de limpieza no tiene un espacio propio, para almacenar productos, por ejemplo, o para tomar un café. Se pregunta si las tuberías de agua son de plomo.

Sobre la conservación y trasformaciones del edificio señala que las puertas se pintaban todos los años. En la azotea sigue habiendo infiltraciones por bloqueos en las bajantes, incluso después de las remodelaciones. Por otro lado, las antiguas barreras arquitectónicas se han solucionado. Por ejemplo, se instaló un ascensor que es usado en caso de que algún alumno tenga movilidad reducida.

Comenta que hay arboles de moreras en el exterior que ensucian mucho el suelo y que necesitan poda.

En el año 1995-1996 se puso en las ventanas brise soleil en la cara sur y venecianas en la cara norte. Antes de que hubiera brise soleil limpiaban los cristales estirándose casi fuera de la ventana. Se ha puesto una barrera de metal para que no se caigan al limpiar.

Se ve en el suelo las marcas de la anterior tarima, que ya no existe.

Otros temas

Sobre la situación económica de Écija, comenta que las oportunidades laborales están fuera.

Según ella, es necesario apostar por la Formación Profesional, y no solo exclusivamente por la universidad. También promover las capacidades de los niños, no desperdiciar su potencial por nivelarlos “a la baja”, como sucede en el actual sistema educativo que no promueve la excelencia.

Sobre el Hospital antiguo, cree que podría ser una residencia de ancianos, que hace mucha falta ya que en Écija hay dos y son privadas, concertadas.